lunes, 22 de febrero de 2010

Centros de Fuerza, de Arthur E Powell


En esta parte seguimos con otro extracto del tercer capitulo del libro, titulado Centros de Fuerza.

En el Doble Etérico, lo mismo que, incidentalmente, en cada uno de nuestros otros vehículos, hay ciertos Centros de Fuerza, o Chakras, según se los llama en sánscrito, palabra que significa literalmente rueda o disco giratorio.

Los chakras están situadas en la superficie del Doble, o sea como a un cuarto de pulgada sobre la piel del cuerpo. A la vista clarividente aparecen como vórtices o depresiones, como platillos de materia en rápida rotación.

Las fuerzas que fluyen por los chakras son indispensables para la vida del Doble Etérico, por lo tanto, cada individuo posee tales centros de fuerza, aunque el grado de desenvolvimiento de los mismos varía considerablemente. Cuando no están desarrollados su brillo es apagado y las partículas etéricas se mueven con lentitud, formando el vórtice meramente indispensable para la transmisión de la fuerza y nada más; en personas desarrolladas, en cambio, los chakras brillan y palpitan, resplandeciendo con enceguecedora luz, como soles en miniatura. Su tamaño varía desde unas dos pulgadas (5 cms.) hasta unas seis pulgadas (15 cms.) de diámetro.

En un niño recién nacido son pequeños círculos del tamaño de una moneda de tres peniques, pequeños discos duros que apenas se mueven, de los que se desprende un débil resplandor.
Los chakras etéricos tienen dos funciones distintas. La primera es absorber y distribuir Prana, o Vitalidad, al etérico y de éste al cuerpo físico, manteniéndolos así activos. La segunda función es traer a la conciencia física la cualidad, cualquiera que ella sea, inherente al centro astral correspondiente. La falta de desenvolvimiento de los centros etéricos explica por qué no se puede traer a la memoria del cerebro físico las experiencias astrales. Muchas personas están plenamente despiertas y vívidamente conscientes en el plano astral y tienen vidas activas en sus cuerpos astrales; sin embargo, al volver a sus durmientes cuerpos físicos, apenas se filtra en sus cerebros físicos memoria de la vida astral, simplemente porque no está construido el puente etérico necesario. Cuando los centros etéricos están desarrollados, hay plena y continua memoria, en el cerebro, de las experiencias astrales.

ESTRUCTURA DEL CENTRO DE FUERZA



La apariencia es la de platillo o vértice en la superficie del Doble Etérico, como a ocho milímetros de la superficie del cuerpo físico.
Función: Transferir fuerzas del Astral al Etérico.

En el cuerpo astral hay centros que corresponden a cada uno de los centros etéricos; sin embargo, como el centro astral es un vórtice de cuatro dimensiones, se extiende en dirección completamente diferente a la del etérico; de consiguiente, el centro astral
no siempre coincide exactamente con el etérico correspondiente, aunque alguna parte del mismo es siempre coincidente. Los centros etéricos se encuentran en la superficie del cuerpo etérico; los astrales están frecuentemente en el interior del cuerpo astral.
Hemos visto ya (Capítulo II) que existen siete variedades de Prana, todas las cuales están presentes en todos los chakras; pero en cada uno predomina una de las variedades sobre las otras.

El prana se precipita al centro de cada chakra de una dirección en ángulo recto al plano del chakra; "brota" sería quizás un término más adecuado, puesto que la fuerza procede del plano astral al etérico. Desde el centro del chakra, la fuerza irradia en ángulos rectos con respecto a la dirección de donde procede (es decir, en el plano de la superficie del Doble Etérico) en varias direcciones y en líneas rectas. El número de direcciones, que son similares a los rayos de una rueda, es diferente para cada chakra.

ESTRUCTURA DEL CENTRO DE FUERZA



Afluencia de la Fuerza Vital
En cada centro predomina grandemente una de las variedades de Fuerza Vital.
Esta afluencia de Fuerza Vital da vida al cuerpo físico.



La Fuerza Primaria se "expande" en el centro, y luego se precipita Radialmente hacia fuera, formando "rayos"; el número de estos "rayos" es diferente para cada centro.

Los rayos dividen el chakra en varios segmentos, como los pétalos de una flor; de ahí que en los libros hindúes los chakras se describan con frecuencia como parecidos a flores.


Formación de las fuerzas secundarias

Ahora bien, algo así como una barra imantada, metida en una bobina de alambre, establece o "induce" una corriente de electricidad en el alambre, en ángulo recto al eje del imán, así también la fuerza primaria de Prana, al entrar en el chakra, establece o induce fuerzas secundarias en el plano del chakra. Estas fuerzas secundarias circulan alrededor del mismo, pasando alternativamente por encima y por debajo de los rayos, de manera parecida a como los mimbres del fondo de un cesto circular pasan por encima y por debajo de los costillares o radios.


Cada una de estas fuerzas secundarias, que giran alrededor del chakra, tienen su propio ancho de onda característico; además se mueven, no en línea recta, sino en ondulaciones relativamente grandes, cada una de las cuales es un múltiple del ancho de onda dentro de ella. Los anchos de onda son muy diminutos; probablemente, en cada ondulación están comprendidos miles de ellos, aunque no se ha determinado todavía la proporción exacta. El efecto general es palpitante e iridiscente, como la madreperla o cierta variedad de cristal de Venecia. Se dice frecuentemente que los chakras corresponden con ciertos órganos físicos; en efecto, corresponden a los que están más cerca; pero, como ya se ha dicho antes, los chakras mismos no están en el interior del cuerpo, sino en la superficie del Doble Etérico.

La lista de los chakras y los nombres de los mismos son como sigue:



Los Nos. 8, 9 y 10, relacionados con los órganos inferiores, no son utilizados por los estudiantes de Magia "Blanca", aunque existen Escuelas que los utilizan. Los peligros relacionados con los mismos son tan serios, que debemos considerar el despertamiento de ellos como una de las mayores desgracias.

La afluencia de vitalidad a un chakra, o a través del mismo, es algo aparte y distinto del desenvolvimiento de los chakras, producido por el despertamiento de Kundalini.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los chacras más conocidos son siete, y pueden llegar a ser muchísimos más. El primer chakra es básico y está en la raíz de la vida. ¡Todos lo tenemos activo! Igual que el segundo, etcétera. Es el cuarto: el centro cardíaco, el chakra capaz de equilibrar y armonizar todos los demás centros de energía vital. Todos son igualmente importantes, pues abarcan ámbitos vitales, y arquetipos de relaciones personales. Por encima del chakra cardíaco, predominan los tres chakras espirituales. Y por debajo se sitúan tres chakras de orden vital ligados a la conexión con la tierra y sus elementos. "Un curso de Milagros", ni siquiera menciona otro tipo de energía o consciencia salvo la que nos provee el amor y la luz divina, cuando desciende a través del séptimo chacra, el coronario, hasta instalarse en el centro cardíaco. Los bebés y los niños más pequeños, mantienen abierta la zona de la supraconsciencia. Se corresponden con la Hipófisis y el Timo, glándulas activadas.